Los reporteros de AXT descubren las posibilidades de la crítica teatral de mano del jefe de Cultura de EL COMERCIO

CLARA G. SANTOS

Ser periodista supone un modo especial de mirar el mundo, de atender al detalle, de buscar los matices. Una capacidad de observación que los reporteros de AXT cada vez están más cerca de incorporar en su haber.

En esta ocasión, los alumnos de quinto curso tomaron la iniciativa para cubrir el taller de crónica teatral impartido por el jefe del área de Cultura de El Comercio, Miguel Rojo. Esta vez, cogieron el relevo Irene y Antonio que entrevistaron al responsable del curso con mucha seriedad. Los nervios, cada vez más en un segundo plano, tampoco impidieron a los jóvenes reporteros seguir con su sondeo por el resto del aula, preguntando a otros compañeros por sus impresiones de la jornada.

Cuando llegó el momento de grabar imagen para la televisión, los alumnos del Cervantes prestaron especial atención a los elementos técnicos y la composición de la imagen. «Queremos que todo quede perfecto», comentaba la pequeña Irene al tiempo que recolocaba el mobiliario para que la conversación con Miguel Rojo quedase mejor a cámara. Los esfuerzos por mejorar son un claro signo de que el proyecto AXT avanza a paso firme.

Ahora, además, se suma se suma a las filas del equipo transmedia una nueva integrante. Se trata de Judit Batiste, una joven que, después de estudiar comunicación audiovisual, se decantó por su gran vocación: los niños. Ahora, el proyecto AXT le permitirá conciliar sus intereses en un entorno propicio. «Cuando llegué pensé que los chicos controlarían poco, pero me ha sorprendido gratamente ver cómo se desenvuelven con los dispositivos electrónicos a la hora de grabar una información», apuntó esta estudiante catalana. Su función será la de echar una mano entre bambalinas y aportar su experiencia como comunicadora para que «la escuela se abra a la comunidad».