El colegio Miguel de Cervantes une en una gincana a padres, profesores y entidades para aunar esfuerzos en la mejora del barrio

CLARA G. SANTOS

La vuelta a clase no tiene por qué ser aburrida. Así lo demostraron ayer en el Miguel de Cervantes. Profesores, padres y miembros de la fundación Mar de Niebla tomaron parte en una singular gincana para dar pistoletazo de salida al año académico 2021/22. El objetivo era conectar a toda la comunidad educativa en un entorno extraacadémico, posibilitando que superasen retos conjuntos y desarrollaran nuevas ideas para el curso. Esta dinámica grupal sirvió para que los participantes pudiesen reflexionar acerca de los retos educativos que tienen por delante. José Luis Sagredo, docente del colegio, consideró fundamental que «vaya creándose comunidad», de modo que las acciones desarrolladas desde la escuela «estén volcadas con el barrio y el claustro no se cierre en sí mismo». Con esta voluntad de que el colegio se involucre activamente en su entorno, la gincana organizada ayer constó de varias actividades fuera del centro.

Al llegar, padres y profesores pusieron en común los miedos e ilusiones con que afrontaban la llegada de septiembre. Después, los participantes se lanzaron a la calle para preguntar a los viandantes por las necesidades más urgentes del barrio y por su conocimiento sobre las acciones comunitarias del colegio. Finalmente, los grupos formados montaron un vídeo con las grabaciones de la jornada que sirvió a unos y otros para ahondar en los nuevos desafíos que afronta la comunidad educativa.

«No se trata de memorizar»
En el colegio del Cerillero son muy conscientes de que educar va más allá del mero trasvase de conocimientos. Se trata, más bien, de «crear ciudadanía», tal y como señalaba Geles García, directora del centro. Por este motivo, el Miguel de Cervantes prioriza las estrategias de aprendizaje a través de iniciativas, como esta, que repercutan directamente en la mejora de la comunidad. Su directora lo tiene claro: «Este colegio prepara al alumnado para las nuevas exigencias del siglo XXI, donde ya no es tan importante memorizar contenidos como desarrollar competencias y recursos que sirvan a los chicos en su día a día».

Buen ejemplo de ello son algunas de las iniciativas de innovación pedagógica implementadas el año pasado, entre las que destaca un programa de co-docencia entre tutores de distintas disciplinas y un taller de radio escolar que ya cuenta con varios programas informativos y de entrevistas.